Dentro de un objeto que estudia la semiótica de C.S. Peirce, podemos encontrar lo concreto, lo abstracto y lo imponderable.
Delimitemos lo abstracto, lo concreto y lo imponderable.
Lo abstracto no se puede percibir por los sentidos.
Hay dos tipos de abstracto: abstracto real y abstracto imaginario.
Ejemplo del abstracto real son los dioses del Olimpo y los dioses de los panteones, por ejemplo, el panteón cubano; las matemáticas.
Lo abstracto real es real (existe) y abstracto (no se puede percibir por los sentidos).
Un ejemplo del abstracto imaginario es difícil de dar, porque no está situado, contextualizado, tiene límites, así podemos encontrar algo más abstracto como el glamour o la miseria; Dios absoluto.
Lo concreto e percibido a través de los sentidos, aquí y ahora.
Podemos encontrar lo concreto real y lo concreto imaginario. Lo concreto real tiene por ejemplo un paisaje.
Lo concreto imaginario es imponderable (no se puede terminar de explicar), concreto (lo reconocemos por los sentidos) y concreto de nuevo (está en otra dimensión). Ejemplo de lo concreto imaginario es el templo de un Dios, o el paraíso.
Lo imponderable no se puede medir. No se puede terminar de explicar.
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